Macere
A la hora de buscar alternativas de construcción que tenga la versatilidad de combinar los espacios, Macere trae los más bellos materiales, entre ellos sus diseños en piedras de barro cobran fuerza.
Es así como el barro cocido está en tendencias de construcción este nuevo año, donde se retoman las raíces de una opción muy viable para la edificación de determinados inmuebles, su fachada y la decoración de interiores.
Su capacidad de crear esa apariencia destacada, supera la sostenibilidad del material, cuya elaboración y extracción de materia prima es de la manera más natural y respetuosa con los procesos del medio ambiente.
En este sentido, la globalización permite la introducción de nuevos y auténticos formatos, lo cual hace que a nivel de arquitectura gane mayor espacios en una tendencia por generar un menor impacto en el medio ambiente y sea atractivo en el entorno.
Es así como el barro cocido retoma la punta de lanza en la construcción, cuyo proceso de elaboración se basa en calentar la arcilla a una temperatura que alcance o supere los 1.000 grados.
Posterior a este proceso se da forma al resultado, de ladrillo, azulejo o baldosa, con lo cual se obtienen acabados inconfundibles, bellos y muy versátiles a la hora de decorar.
Dado al procedimiento se consigue que la materia prima no altere sus verdaderas propiedades, con su elaboración se garantiza el reciclaje del producto, un punto a su favor para el cuidado del medio ambiente.
Los desperdicios, residuos y piezas partidas por la manipulación pueden volver a ser fundidas y trabajadas, garantizando una segunda vida.
Las piezas que se consiguen en el mercado y sus aplicaciones en la construcción, van directamente relacionadas con la fabricación, podrá así disponer del estilo de decoración o edificación con un plus de sostenibilidad que aporte un espacio rústico.
Sus costos en todo sentido se mantienen más bajos, en comparación con la variedad de materiales del mercado, con lo cual los arquitectos pueden sustentar sus obras con este, como principal protagonista de diseño.
Las ventajas son muy variadas, y se pueden incluso agregar más, según el uso que se le den a las piezas, entre ellas la que más destaca es que se convierte en un aislante térmico.
Conviene usarlo, por su capacidad de mantener ambientes más frescos durante los meses más calurosos, y una calidez en los meses de invierno. Pero esta propiedad de las piezas de barro va directamente proporcional al trato que reciba en su elaboración.
Logra controlar problemas de humedad que estén en el interior de las viviendas, su elaboración de manera natural no contiene aditivos que con los años se puedan convertir en tóxicos para los habitantes del inmueble.
El estilo de mantenimiento tampoco representará un gasto adicional para la construcción lo que suma tiempo y resta gastos para el arquitecto o decorador. No tiene la capacidad de desarrollar moho ni ninguna condensación en su superficie.
En el tema de la decoración y la estética es una tendencia que se mantiene, tiene la versatilidad de adaptarse a distintos estilos y reinventar los espacios decorativos con la fusión de materiales.
Su resistencia es alta, tiene durabilidad y la adquisición de las edificaciones suele ser más económica, por lo cual están en el mercado de venta durante poco tiempo.
A nivel arquitectónico el barro no es ideal si la zona de construcción es susceptible a sufrir terremotos o derrumbes, por la propia rigidez del material.